Es un lugar histórico abierto desde hace más de 100 años y gestionado por la familia Serratore, de origen calabrés, desde hace 30 años.
Inicialmente el lugar era una bodega donde se podía comprar vino y aceite; con el tiempo se convirtió en una taberna donde los comensales podían comer los platos que traían de casa, acompañándolos con el vino que ofrecía el tabernero.
Posteriormente fue sustituido por una pizzería hasta que los hermanos Serratore, Giuseppe, Antonio y Rosario, junto con su cuñado Pino, decidieron hacerse cargo del lugar y transformarlo en un restaurante pizzería, La Pantera Rosa en Roma.